Después de haber visto la muerte más cerca de lo que alguna vez imaginé..uno de mis primeros deseos factibles fue poder ver algo de vida, algo que le diera color a los días grises de los que a veces me es imposible escapar. Algo que pudiera ver nacer y crecer, algo que pudiera cuidar...así que se me ocurrió la genial idea de tener una planta
:D y al menos la idea germinó en mi cerebro.
Le conté mi plan a mi madre y ella, que es tan activa, no tardó en conseguirme esto:
Creo que todos hemos tenido uno, no hay mucho que hacer. Lo riegas y esperas a que brote. Y como buena jardinera, eso fue justo lo que hice. Lo regué y me senté a esperar mientras hacía contacto visual con ambas tortugas...bueno no, me senté a esperar frente a la computadora y en una de sus regadas vespertinas me puse a observar con atención y esto fue lo que encontré:
¡UN HONGO GIGANTE Y PELUDO ATACANDO A MI TORTUGA! No...decenas de hongos, y ni un solo brote. Hay que admitir que el hongo está bonito y me dieron muchas ganas de tocarlo, pero preferí no hacerlo.
Los días continuaron y algunas semillas empezaron a brotar. Todo parecía marchar bien, no podía esperar a ver a mi tortuga de verde, repleta de pequeñas hojas, hasta pensé en el problema que sería para la tortuga chiquita vivir rodeada de delgados tallos.
La espera continuó, la riega continuó, pero las semillas no continuaron germinando y los pocos brotes empezaron a morir.
Así que no me quedó de otra mas que darla por muerta. La seguiré regando aunque no creo que tenga remedio y en mis clases imaginarias de jardinería aun no llegamos al capítulo de
"Cómo revivir a una tortuga/planta"
Tal vez en mi primer intento no me fue como esperaba, sin embargo este es solo el inicio de mi faceta de jardinera, ya tengo otra idea mejor y un bulbo de azucena que espera por ser plantado. Algo debe de funcionar...y si no intentaremos con el clásico frijol con algodón.
Les contaré mis futuros
fracasos frutos de jardinera en cuanto tenga alguno
:)
¿Han sembrado alguna planta? ¿Cómo fue su experiencia?
Luz...
Cuando mis lágrimas te alcancen
la función de mis ojos
ya no será llorar,
sino ver. - Leon Felipe
A veces, en esos momentos en que no hay nada que hacer, o no quiero hacer lo que tengo que hacer, me pongo a hacer figuras de origami, por lo general las más sencillas. Me ayuda a desestresarme y créanme, es una buena forma de matar el tiempo, empiezas a las 2 y cuando vuelves a ver el reloj son las 3 y aun no te sale bien. Y puede llegar a ser muy desesperante (¿entonces cómo es que me desestresa? hmmm) Y es hacer intento, tras intento, tras intento hasta que logras un resultado aceptable. Sin mencionar que conseguir papel especial de origami es dificil (en especial ese tal washi paper), así que algunas cosas son doblemente difíciles de hacer :(
En uno de mis momentos filosóficos en los que me invento analogías locas llegué a la conclusión de que la vida se trata de hacer origami. Se nos han dado hojas infinitas, así como oportunidades infinitas en la vida; puede que no esté en nuestras manos elegir el color o el tamaño, pero se nos han dado para que hagamos con ellas lo que queramos. Según los dobleces que realicemos, podremos crear las más impresionantes figuras, que si las pudiéramos ver, sería difícil creer que es una simple hoja. Pero como todo, no será fácil y puede que no salga bien la primera, tendremos que hacer intento, tras intento, tras intento, para que nuestra figura sea lo mejor que puede ser, ¡pero no hay que preocuparse! Para eso tenemos hojas ilimitadas, no importa si echamos a perder una, siempre llegará otra nueva a nuestras manos para que tratemos otra vez. Justo como pasa en la vida, siempre concediéndonos un segundo intento, una oportunidad de empezar de nuevo. La clave está en tener paciencia y sobre todo...en no dejarse vencer. No elijas el camino fácil, no hagas bolas de papel.
