Una mañana de domingo, mientras pasaban los minutos en compañía de mi amada familia me puse a analizar lo mucho que ha cambiado mi vida en estos dos años, los recuerdos llegaron y en esa visita al pasado no se si sentí aquellos tiempos como extraños o estos nuevos como desconocidos. Salí de mi trance para regresar a la sala, con mi mamá y mi abuelita platicando, el sonido del televisor de fondo. Todo es tan diferente ahora.
Entonces nuevos pensamientos llegaron a mi cabeza, voces que decían "todo debió quedarse como antes, todo debería permanecer igual" y puesto que no soy reacia a visitar el cementerio de recuerdos, una pizca de nostalgia me invadió.
Pero luego me di cuenta de lo que he aprendido a través de esos cambios, las fortalezas que he adquirido, las experiencias, los lugares, las personas, las enseñanzas...toda una nueva perspectiva de la vida y el mundo, gracias a lo inestable que es el día a día que nos ayuda a forjarnos.
Aquellas voces se callaron y dejaron que otra se escuchara fuerte y clara mientras decía "Si todo permaneciera igual, ¿cuánto tiempo tardarías en aburrirte?¿una semana, tal vez un mes...cuanto tiempo?" No se cuanto tardaría, pero se que no soportaría una vida completa sin la adrenalina de lo desconocido, de nuevos retos...incluso no soportaría una vida sin caídas y raspones.
Mi mente se quedó tranquila mientras seguía observando la vida...
Al día siguiente, con la perfecta sincronía de las cosas, encontré este poema que expresa muy bien lo que en este texto intenté compartir.
CONTRAELEGÍA
Mi único tema es lo que ya no está
Y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.
José Emilio Pacheco
No hay razón para aburrirse, la vida se encarga de eso.