De esas veces que me toca ir parada en el camión sardina, me gusta aprovechar el tiempo con pensamientos sobre el sentido de la vida, el porqué estamos aquí, si hay algún plan supremo para mi o si el destino siquiera existe. Eso de ver las casas y comercios pasar por la ventana del bus puede ser realmente inspirador. Y uno de tantos viernes fue uno de esos días...
Por lo general solía cargar mi mochila (bastante pesada por culpa del Gray) en un solo hombro, después leí por ahí que hacer eso terminaría provocándome una escoliosis y aunque me preocupó por 5 minutos después de haberlo leído, no fue lo suficiente para empezar a cargar mi mochila correctamente. Pero ese viernes después de la escuela, decidí cargarla en mis dos hombros y pude correr mas rápido hacia el camión que casi se iba. Me subí y como siempre a las 6 de la tarde, me tocó ir de pie. Noté la ligereza de mi mochila al estar en mis dos hombros y después de tener la mirada perdida en la ventana por unos minutos llegué a la siguiente conclusión:
La mochila representa en nuestras vidas toda esa tristeza que nos oprime, los problemas del día a día, los corajes acumulados, las decepciones, la frustración, en fin, todas esas cosas que aunque intentemos dejarlas en casa, las cargamos a donde vayamos. Nosotros somos quienes cargamos la mochila, y si decidimos hacerlo solos estaremos cagando su peso en un solo hombro, que nos agotará más pronto, y en la vida no hay tiempo para descansar; hará más dificil correr hacia el camión que nos lleva al maravilloso amanecer del nuevo día y que no esperará por nosotros. En cambio, si decidimos apoyarnos en nuestra familia y amigos, estaremos cargando la mochila en los dos hombros y el peso será más llevadero, será más fácil y placentero recorrer el largo sendero que tenemos por delante, observando el paisaje que nos ofrece... Ahí estará ese segundo hombro hasta que estemos listos para sacar las cosas que ya no vale la pena cargar,hay que recordar que no estamos solos.
Y tú, ¿Cómo cargas tu mochila?
Luz... Cuando mis lágrimas te alcancen la función de mis ojos ya no será llorar, sino ver. - Leon Felipe
Por lo general solía cargar mi mochila (bastante pesada por culpa del Gray) en un solo hombro, después leí por ahí que hacer eso terminaría provocándome una escoliosis y aunque me preocupó por 5 minutos después de haberlo leído, no fue lo suficiente para empezar a cargar mi mochila correctamente. Pero ese viernes después de la escuela, decidí cargarla en mis dos hombros y pude correr mas rápido hacia el camión que casi se iba. Me subí y como siempre a las 6 de la tarde, me tocó ir de pie. Noté la ligereza de mi mochila al estar en mis dos hombros y después de tener la mirada perdida en la ventana por unos minutos llegué a la siguiente conclusión:
La mochila representa en nuestras vidas toda esa tristeza que nos oprime, los problemas del día a día, los corajes acumulados, las decepciones, la frustración, en fin, todas esas cosas que aunque intentemos dejarlas en casa, las cargamos a donde vayamos. Nosotros somos quienes cargamos la mochila, y si decidimos hacerlo solos estaremos cagando su peso en un solo hombro, que nos agotará más pronto, y en la vida no hay tiempo para descansar; hará más dificil correr hacia el camión que nos lleva al maravilloso amanecer del nuevo día y que no esperará por nosotros. En cambio, si decidimos apoyarnos en nuestra familia y amigos, estaremos cargando la mochila en los dos hombros y el peso será más llevadero, será más fácil y placentero recorrer el largo sendero que tenemos por delante, observando el paisaje que nos ofrece... Ahí estará ese segundo hombro hasta que estemos listos para sacar las cosas que ya no vale la pena cargar,hay que recordar que no estamos solos.
Y tú, ¿Cómo cargas tu mochila?
Luz... Cuando mis lágrimas te alcancen la función de mis ojos ya no será llorar, sino ver. - Leon Felipe